"¿No es así, Von Sohn? Aquí tenemos a Von Sohn, miren. Muy buenas, Von Sohn".

21 abr 2013

Quién es el ladrón
ávido de lo ajeno,
del tuétano oblicuo
que sustituye a mi sangre,
que viaja por mis arterias,
que me encumbra al fracaso.

Quién es ese fantasma
con fijación enfermiza
dedicado, exhaustivo,
aparentemente tibio.
El que crece en terreno cerebral,
el que sustituye al profeta.

Si tuviera un nombre
sería un símbolo,
un conjunto repetitivo, prohibitivo,
cercano al lenguaje de la esquizofrenia,
allegado a los malvados, a los monstruos.
Un sonido vegetal
en una longitud de onda de un palmo,
abstemio de alcohol, drogadicto.
Maquiavélico,
padre de princesas,
de Hitler.

Su cabeza es un polígono
con distintos acabados,
inacabado, falto de pulir,
retroiluminado por "leds" naranjas
que emiten cáncer ondulado.

Se alimenta de sangre de mosca,
de tu frustración
o de tu ingenua vehemencia.

Caza de día para no ser visto,
porque tiene color diurno,
negro.

Procura morder con el colmillo,
insultar con tu conciencia, su aliada.
Conoce tu debilidad, que es tu don,
y a ella apela frente a los tuyos,
a ella invoca cuando tiene hambre,
cuando quiere sangre de mosca,
tu sangre.

Tu coraza, tu cota de malla
son su manto, su ropaje de gala.
Se protege en tu seguridad,
en tu orgullosa fuerza.
Se apoya en tu falsa virtud,
en tu columna jónica.

Quién es.
Quién es ese ladrón.
¿Eres tú amigo?
¿Eres tú beato?
¿O soy, tal vez, yo?

AEdlM

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