Yo sólo quiero el fracaso.

Cuando consigo entender
a pesar del ruido,
basura acústica homologada,
entre distorsiones que acallan mi conciencia,
la voz suave de mi ley interior,
que reclama silencio.
Cuando encuentro la calma por casualidad,
porque se agota el mundo entero,
se cansa de gritar.

Mundo, mujer de pechos desmedidos,
una mamoplastia sin retorno
que grita como energúmena,
que me encierra entre globos de látex.
Es una tortura ocular,
que ahoga lo que tengo de humano.

Mundo, hombre animal liberal,
escuela sofista,
centro de estética unisex,
maquillaje para un alma exhausta,
un alma en estado terminal.

Mundo bello, mundo lisérgico.

Pero yo prefiero el fracaso,
prefiero encontrar el silencio,
oír al fin la voz quebrada
a la espalda de un mundo plástico.

Yo prefiero fracasar y poder pensarlo,
prefiero saber amar los pechos caídos
las verdades feas,
prefiero el amor fracasado,
el amor burlado.

Prefiero el fracaso,
y saber amarlo.

AEdlM