Ser Dalí,
ser Pollock,
ser Warhol,
ser nadie.

Ser catedrático cósmico,
comer materia oscura,
no medir el tiempo,
dormir sólo en otoño,
todo el otoño,
ser una autología,
hacer referencia a la propia gloria,
que cada repetición del nombre,
ensalce al propio nombre,
que se registre en el archivo alejandrino,
egipcio, de catorce sílabas.

Defecar museos,
defecar gloria,
siempre propia.
Olvidar al padre,
ser mi propio padre,
y tener mis propios hijos,
conmigo mismo,
ser autorreplicante,
ser más.

Haber muerto hace años,
algún día en la niñez
con una paliza,
con un beso,
o por causas inexplicables,
pero no saberlo,
no poder saber,
generar por azar,
ser imitador esquizofrénico.


Ser el ataúd de un alma,
una alteración del genoma
que hace trascender al cuerpo,
a la figura inerte,
que sólo parece humana,
vacía, plana.

Ser todo,
ser nadie.

AEdlM