Eres la cumbre,
tu propia cumbre,
la conclusión rotunda
la vida muerta.
Eres el triunfador burlado,
el vacío,
el vencedor más aplaudido.
Eres un anciano aborto,
desde tu cumbre,
con los focos de luz,
que te celebran,
que felicitan que tú lo seas,
tal vez,
para alivio de los demás miserables,
eres un exitoso fracaso.

Todo tuyo,
todo lo tienes,
todos los dones terrenos,
terrenos benditos,
la codiciada suerte.
Todo excepto una vida,
que no has buscado,
que has decidido obviar,
por ser más lucido el fracaso,
el exitoso fracaso.

Tu mujer,
tu hijo de puta,
tu profana familia
es sólo un complemento de más,
un logro reputado,
un daño colateral.

Pero mañana,
cuando despiertes inevitable,
de la realidad falsa,
del delirio de otros,
cuando comprendas,
cuando vayas a morir solo,
búscate,
muere a ti mismo antes de morir,
vuelve a ser niño
desde tu tumba,
apenas muerto,
vuelve a ser niño,
vuelve a nacer.

AEdlM